domingo, 5 de febrero de 2012

¿La realidad? No creo.

La princesa cansada de esperar a que su principe azul llegara decidió buscarlo ella misma, escapó de su cuento de hadas, de su mundo de fantasía, uno de papel y tinta. Buscó en el país de las maravillas, en nunca jamás en todos los lugares que le venían a la mente, pero nada, lo único que conseguía era cansarse más, las piernas ya le flaqueaban pero no se rendía tan facilmente, ella no era una de esas princesitas que se sentaban a esperar en su castillo de cristal, no, a ella no le importaba despojarse de su vestido palabra de honor, ni de sus zapatos de cristal, agotada decidió descansar cerca de una fuente, se sentó en un banco que ya estaba ocupado por otra persona, a este no pareció importarle que ella se sentara en el mismo banco. Desesperada lanzó un grito a los cuatro vientos: + ¿Porqué no puedo encontrarte mi principe azul? El chico que había a su lado se giró y sus ojos se iluminaron - Mi dulce princesa por fin te encuentro. Ella al escuchar eso se dió media vuelta y lo miró a los ojos y una sonrisa salió de su carita de porcelana + ¿Por qué has tardado tanto en dejarte encontrar? - Se supone que soy yo quien te debe encontrar y no al contrario. + Yo no soy una princesa como todas las demás, yo... soy una princesa... - comenzó - ...lejos de su cuento de hadas - finalizó él.

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