domingo, 1 de julio de 2012

La felicidad depende de uno mismo y de la gente que le rodea, en cambio, no puedo dejar que mi sonrisa pertenezca a alguien. Si perteneciera a alguien y ese alguien se fuera, mi sonrisa se iría y no, eso no puede pasar. ¿Quién soy yo sin mi sonrisa? ¿Quién soy yo sin mi felicidad? No sería nadie, es más, hay pocas cosas capaces de quitarme la sonrisa.

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